Una cuenta bancaria o una cuenta corriente es la “digitalización” del dinero. Es una forma de operar con el dinero a distancia en vez de llevarlo físicamente de un sitio a otro, como por ejemplo realizar pagos, compras o incluso cobrar. Las cuentas bancarias son un producto básico que posibilita entregar el dinero a la entidad financiera y disponer de él en cualquier instante. Asimismo, la compañía está obligada a llevar a cabo las órdenes de cobros y pagos a terceros que el dueño de la cuenta pueda recibir.
Su propósito básico no es el de preservar los fondos ahorrados, ya que para tal tarea están otros productos de los bancos como los depósitos, los fondos o las acciones. La finalidad de las cuentas corrientes es la de llevar a cabo transacciones sencillas y comunes, transacciones diarias como el recibir la pensión o el salario, abonar un recibo, domiciliaciones, sustraer efectivo de los cajeros, embolsar un cheque y realizar transferencias… Las cuentas bancarias al mismo tiempo facilitan acceder a otros productos financieros más complejos como los seguros, los depósitos, los créditos o préstamos, las hipotecas, las tarjetas de crédito y débito…
La definición más técnica es que las cuentas corrientes son depósitos a la vista, es decir, la entidad financiera tiene la función de guarda y custodia, con disponibilidad inmediata para el consumidor.
Ranking de las mejores cuentas bancarias del 2022
Las entidades financieras online cambian la interacción con el banco. Los productos son cada vez más sencillos, accesibles y asequibles. Las entidades bancarias convencionales han dejado de ser la única opción para administrar los fondos.
Las interacciones con la compañía se realizan a distancia y en línea, posibles en cualquier momento de la semana o del día. Además todas las entidades financieras están compitiendo entre ellas para mejorar sus aplicaciones y ganar así más clientes. Y es que el uso que le damos al móvil es cada vez mayor. Donde esté el usuario, allí va a estar el banco. Cada vez hay menos sucursales y las operaciones que requieran de ir a una oficina.
Ante la abrumadora cantidad de cuentas corrientes que encontramos en el mercado, nuestros mejores expertos han realizado un análisis cuyo resultado es el siguiente ranking:
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¿Qué tipos de cuentas bancarias existen?
A golpe de click encontramos una inmensa variedad de cuentas bancarias como productos que se adaptan a cada tipo de necesidades. Las distintas opciones tienen particularidades y requisitos diferentes, por ello es aconsejable enterarse bien de las diferencias para tomar la decisión más óptima dentro de toda la oferta.
Las más comunes son las cuentas corrientes o las cuentas a la vista, las cuentas nómina y las cuentas remuneradas. Todas ellas son cuentas bancarias con características específicas, exigencias diferentes y, sobre todo, una letra pequeña muy distinta. Por tanto, es necesario conocer cuáles son sus particularidades para poder encontrar las más interesantes del mercado. A continuación vamos a ver en qué consiste cada una de ellas:
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Cuentas corrientes
Las cuentas más elementales que se pueden tener con una entidad financiera y que es posible hallar en el mercado son las cuentas corrientes. Son sencillos depósitos a la vista que posibilitan que el usuario conserve su efectivo con plena disponibilidad y que sea capaz de llevar a cabo operaciones simples, como transferencias, traspasos, pagos, envíos…
Habitualmente esta variante de cuentas con los bancos no conlleva ningún tipo de retribución por los fondos que se guarden en ellas. En prácticamente todas las opciones ofrecen al consumidor una tarjeta de débito asociada. Ésta a su vez permite realizar pagos en comercios que dispongan de una TPV o sacar dinero de los cajeros. La tarjeta de débito es un medio para operar con el dinero que está a la vista en la cuenta corriente. Las operaciones que se realizan mediante ella se cargan de manera automática a la cuenta asociada. Las tarjetas de débito tienen un límite que suele ser el del saldo de efectivo de la cuenta. En ciertas ocasiones la tarjeta de débito se contrata por separado a la cuenta corriente. Al mismo tiempo la tarjeta es imprescindible para operar, ya que ciertas acciones se pueden llevar a cabo solo con esta herramienta.
Las cuentas corrientes bancarias al mismo tiempo ejercen de base para solicitar una hipoteca, un crédito, un depósito y/o un préstamo.
Una cuenta a la vista es posible que conlleve comisiones de mantenimiento o administración. La mayoría de los bancos las están suprimiendo incluso sin pedir ningún requisito a cambio. Otras entidades ofrecen cuentas corrientes sin comisiones, pero con la condición de domiciliar la nómina.
El propósito básico de una cuenta corriente no es el de guardar el efectivo ahorrado, ya que para eso están los depósitos a corto, medio o largo plazo, las acciones y los fondos.
Otra herramienta asociada a las cuentas a la vista son las libretas de ahorro. Habitualmente eran el soporte más importante de las cuentas corrientes. Allí se apuntaban todos y cada uno de los movimientos, lo que favorecía su consulta por parte de los clientes. Sin embargo, esta herramienta está quedando en desuso y va siendo sustituida por las consultas online, ya sea por la web o por la app. La fracción de la población que todavía no se siente muy cómoda con el método online y procesa más confianza hacia los soportes físicos y materiales siguen acudiendo a las sucursales para actualizar su libreta.
Dentro de las cuentas corrientes podemos diferenciar dos modalidades: la de nómina con ventajas y la de sin nómina y sin comisiones.
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Nómina con ventajas
Se denomina cuenta nómina en la que es imprescindible domiciliar rentas periódicas y regulares con la intención de no desembolsar por comisiones como pueden ser la de administración o mantenimiento. De esta forma, los bancos solicitan poseer una nómina, la prestación por desempleo o la pensión con la finalidad de que el consumidor se beneficie de todas las ventajas de esta opción. En ciertas ocasiones exigen un mínimo de ingresos que suele estar entre los 600€ y los 800€ mensuales.
Al margen de no precisar pagos por comisiones ofrece incentivos extra como la opción de sacar dinero gratis de una cantidad inmensa de cajeros automáticos, regalos… Algunas opciones del mercado a cambio de la domiciliación de una nómina mínima y permanencia con el banco otorgan una remuneración dineraria.
Así que es posible concluir que las ventajas de una cuenta corriente con nómina domiciliada son:
- Cero comisiones o como mínimo la exoneración de ellas por las transacciones más sencillas
- Retirada de efectivo gratis de una amplia red de cajeros automáticos
- Regalos materiales que suelen ser vajilla, electrodomésticos, imprescindibles para la casa…
- Remuneración dineraria en ciertos casos
- Descuentos y bonificaciones en los recibos
Para los consumidores que no dispongan de una nómina o si la tienen ya domiciliada en otra cuenta y necesitan una segunda, también existen soluciones. Dada la competencia entre las entidades bancarias, incluso se pueden encontrar opciones sin comisiones.
- Sin nómina y sin comisiones
Una cuenta a la vista sin nómina quiere decir que no precisa de tener una fuente de ingresos constante, periódica y domiciliada. Y a pesar de no cumplir con esa condición, el usuario podría seguir disfrutando de toda la operativa.
El mercado de los productos bancarios se está liberalizando cada vez más y gracias a las fintech es bastante común abrir una cuenta bancaria sin unos ingresos domiciliados. Muchas entidades apuestan por este tipo de productos como ventaja competitiva con la finalidad de destacar entre sus competidores.
Esta variante de cuentas es muy sencilla de conseguir al ser un producto básico y al tener menos condiciones que otros productos financieros. No obstante, las oportunidades relacionadas hacen que las cuentas sin nómina y sin comisiones sean incluso más interesantes.
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Cuenta online
La variante de las cuentas online supone aquellas cuentas que son posibles de contratar por la página web de la entidad financiera, es decir, sin pasar por la sucursal. Este tipo de cuentas brindan plena libertad al consumidor en cuanto al tiempo y al espacio, ya que puede acceder a la banca online las 24h día, 7 días a la semana. Por el contrario, las cuentas convencionales en ciertas ocasiones requieren para ciertas gestiones pasar por la oficina que tiene un horario. Actualmente casi todas las cuentas a la vista que se ofertan el mercado son cuentas online, dada la digitalización que estamos viviendo y la alta competitividad entre las entidades bancarias.
Además las cuentas online suelen ser más baratas o incluso libres de comisiones, puesto que la entidad financiera se ahorra los costes de la operativa. Es decir, el usuario realiza todas las operaciones solo con un robot, mediante la página o la aplicación. Es posible que surja la desconfianza en cuanto al aspecto de seguridad, sin embargo, es asunto prioritario para los bancos, por lo que sus sistemas son los más actualizados.
El dinero físico cada vez lo vemos menos. A día de hoy la mayoría de las nóminas se abonan en la cuenta bancaria en vez de entregar el dinero en mano, por lo que llevar efectivo supone un trámite adicional, es decir, acercarse al cajero automático para retirar los fondos. Poco a poco hay más comercios que permiten el pago con la tarjeta bancaria sin un mínimo, de esta manera los usuarios no sufren la preocupación de si llevan efectivo encima o no. Además el pago mediante el móvil es cada vez más popular y habitual.
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Con más de un titular
Cada cuenta corriente tiene que tener mínimo un titular, es decir, la persona ya sea física o jurídica sobre la que recae la responsabilidad. Sin embargo, existe también la posibilidad de que varias personas tengan acceso a la cuenta, mientras que la responsabilidad no se reparte de la misma manera entre ellos. Vamos a ver a continuación las distintas combinaciones entre la accesibilidad y la responsabilidad.
Titularidad solidaria o indistinta
Cada uno de los titulares tiene la capacidad de realizar operaciones sin esperar el visto bueno de los demás. Tal atributo se aplica a todas las opciones de manejo de la cuenta, incluso el de darla de baja. Dicha opción es la más común y habitual.
Titularidad mancomunada o conjunta
Las cuentas con titularidad mancomunada conllevan un acceso más restringido a la cuenta. Es decir, los integrantes pueden realizar casi todas las operaciones menos las más relevantes. Para las más importantes se necesita luz verde unánime. En ciertas ocasiones se puede acordar previamente cuáles son esas operaciones fundamentales.
Cuenta con titulares y autorizados
El funcionamiento de las cuentas con titulares y autorizados se entiende por su propio nombre. Hay dos tipos de actores: los titulares que tienen acceso y responsabilidad plena y luego están los autorizados que funcionan como satélites. Es decir, las acciones que podrá llevar a cabo un autorizado serán definidas por el titular, pudiendo llegar a ser todas y cada una de ellas. En consecuencia al no ser el propietario de los fondos, la responsabilidad fiscal es mínima respectivamente. Los titulares pueden realizar modificaciones en la lista de los permisos en cualquier momento.
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Cuentas de ahorro remuneradas
Unas finanzas equilibradas son las que contienen una parte a la vista y otra parte de ahorro que va creciendo mes a mes. La del ahorro tiene la finalidad que quiera el usuario. Desde comprar una vivienda, un coche, pasando por pagar unos estudios, hasta simplemente tener un colchón para emergencias. Al mismo tiempo, no mover ese dinero es una oportunidad desaprovechada y aquí acuden los bancos al rescate con un producto que satisface esa necesidad.
Las cuentas de ahorro tienen otro propósito si las comparamos con las cuentas corrientes, que es el de ahorrar y por mantener los fondos en la cuenta las entidades financieras ofrecen remuneración en forma de intereses. Dicho lo cual, la operativa es más restringida a la de las cuentas corrientes. Es decir, no se suele permitir tener tarjetas asociadas, domiciliar ingresos o pagos, etc.. De esta forma, estas primas tienen el objetivo de incentivar el ahorro, asimismo a mayor cantidad de efectivo en la cuenta, mayor es la retribución. La remuneración de las cuentas de ahorro no es fija como en los depósitos más ventajosos, sino que son unos intereses sobre el montante acumulado.
Pero entonces, ¿cuáles son las diferencias con un depósito a plazo fijo? Las diferencias son dos y residen en que el consumidor tiene la posibilidad de retirar los fondos en cualquier momento y además al hacerlo no recibirá ninguna penalización.
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Otros tipos de cuentas
A la hora de elegir una cuenta con una entidad financiera nos encontramos con distintas necesidades y perfiles y lo cierto es que la oferta de productos que hay en el mercado cubre una buena parte de ellas. Vamos a ver a continuación otras opciones de cuentas bancarias:
- Cuentas para menores de edad – la finalidad es ir acumulando dinero para el futuro
- Cuentas para jóvenes – son para personas que tienen entre 18 y 30 años. Algunas entidades amplían ese rango hasta los 35 años. No suelen conllevar comisiones y toda la operativa es posible
- Cuentas para empresarios y personas jurídicas – el público de este tipos de cuentas son los autónomos, las pymes y las grandes empresas
- Cuentas pensión – para las personas que están jubiladas
- Cuentas de valores – en este tipo de cuentas no se trata de ingresar efectivo sino acciones o bonos, es decir, títulos. Este tipo de cuentas van asociadas a una cuenta corriente para ingresar las ganancias de esos títulos.
¿Cuáles son los requisitos para abrir una cuenta bancaria?
Los requisitos para abrir una cuenta bancaria van en función del tipo de cuenta que se solicite. Aun así es posible agrupar los más comunes y frecuentes:
- Tener la residencia aprobada en España, aunque algunos bancos ofrecen opciones para los no residentes
- Tener más de 18 años y en el caso de no tenerlos todavía, se necesitaría una autorización de los tutores legales
- Justificar los ingresos, ya sea una nómina, la pensión o la prestación por desempleo. Para las cuentas nómina es posible que requieran la domiciliación de los ingresos. Aunque como ya hemos visto, hay cuentas que son sin nómina y sin comisiones
- Tener a mano los datos personales como puede ser la dirección, el teléfono, el email, el DNI o el NIE
- En ciertas ocasiones solicitan domiciliar recibos al mes o al trimestre y a veces incluso que sean de empresas diferentes, es decir, no con el mismo Código de Identificación Fiscal
- Las cuentas que otorgan una remuneración por los fondos acumulados habitualmente exigen una periodo de permanencia mínimo
¿Cómo elegir la mejor cuenta bancaria?
Con la finalidad de seleccionar la mejor opción en el amplio catálogo de cuentas de entidades financieras que existe en el mercado, es imprescindible examinar una lista de aspectos que te posibilitará encontrar la oferta que mejor se ajuste a tus necesidades.
Los tres pasos para elegir una cuenta bancaria son:
- Identificar las necesidades y las características del propio perfil y las necesidades financieras
- Encontrar las opciones que encajarían con esas características
- Elegir la mejor opción y ¡solicitarla!
A la hora de revisar las descripciones de las propuestas que hay en el mercado sería conveniente fijarse en los siguientes aspectos:
- Verificar las tasas de interés
- Comprobar qué pasaría en el caso de que ocurriese un descubierto bancario, es decir, quedarse en números rojos
- Coste de administración
- Coste de mantenimiento
- Costes adicionales por transferencias, envío de documentos…
- Comisiones o cargos por diferentes operaciones o servicios añadidos
- Los requisitos a cumplir según el producto
- La rentabilidad que se vaya a aplicar
- Ofertas y descuentos como puede ser una tarjeta de crédito o débito gratuita, quizá otras ventajas por realizar la apertura
- Compromiso de permanencia y la penalización que ocurriría en el caso de no cumplir con ese plazo
- Operaciones que se puedan realizar online y operaciones que requieran ir a la sucursal sí o sí
- La red de cajeros automáticos
De todas formas, ya hemos hecho nosotros esa tarea por ti. Más arriba en el ranking puedes encontrar las mejores opciones del mercado.
¿Cuál es el proceso para abrir una cuenta bancaria?
Abrir una cuenta bancaria es un proceso bastante sencillo y existen tres vías para hacerlo, todas ellas son muy rápidas:
- Yendo a la oficina – es la opción más convencional y se suele resolver en el momento si es que se presentan todos los documentos necesarios. La desventaja es que esta vía está restringida a los horarios de la sucursal y de lo ocupados que estén los empleados.
- Online – los formularios se pueden abrir tanto desde el ordenador como desde el móvil, accediendo a la página web de la entidad bancaria. A la hora de firmar el contrato se precisa el teléfono móvil.
- Mediante la aplicación del banco en el teléfono móvil – actualmente casi todas las entidades financieras disponen de su propia app. Los formularios se pueden rellenar en línea y el proceso se puede completar sacando un selfie o mediante una videollamada.
Tanto si es mediante la página web del banco como si es mediante la aplicación los pasos a seguir suelen ser:
- Completar los formularios
- Confirmar la solicitud mediante un SMS
- Subir los documentos escaneados o simplemente hacerles una foto que resulte legible
- La entidad analizará la solicitud y como mucho tardará 5 días en enviar una respuesta
- El último paso sería activar la cuenta y eso se suele hacer realizando una transferencia
La documentación que habitualmente las entidades financieras solicitan para abrir una cuenta bancaria son las siguientes:
- Un documento de identidad ya sea el DNI, el NIE o el pasaporte
- Un justificante de residencia y / o empadronamiento
- Comprobante de ingresos: nómina, pensión…
- Una firma manuscrita y si la solicitud está siendo tramitada vía online se suele poder realizar sobre una superficie táctil